Descripción
El calado canario, está reconocido como uno de los trabajos más delicados y complicados de la artesanía canaria. Se dice que su origen se encuentra entre Portugal, Andalucía y Extremadura.
En un principio, su producción en las islas era familiar, pero muy pronto adquirió tintes comerciales, por medio de la exportación a diferentes países como Inglaterra, Estados Unidos, Francia o Alemania. En esta época, la mano de obra era muy barata, lo que permitió al calado canario competir frente a Escocia, Japón y Madeira, que también eran productores de calados.
La forma de trabajar consistía en el reparto y recogida de telas a las caladoras en sus casas, donde realizaban el trabajo, y posterior exportación o comercialización. También se realizaban trabajos por encargo directo del cliente.
La materia prima era abastecida desde Londres, que a su vez, eran los principales receptores de los trabajos terminados.
La roseta consiste en la elaboración de un tipo de encaje de aguja, para el que se utiliza una almohadilla denominada pique. Las rosetas, han sido y son, una de las labores de aguja más representativas del archipiélago canario, con especial desarrollo en Tenerife y Lanzarote. Descendientes directas de los trabajos de deshilado (calados), representan la única aportación genuinamente española a la amplia variedad de encajes realizados en Occidente.
Las emigrantes canarias las llevaron a muchos países de América, Asia y Europa donde se siguen ejecutando y reciben diferentes nombres.
Sus antecesores más directos en la Península fueron las labores denominadas soles o ruedas y, en Canarias, los soles canarios presentes en los calados. Aunque todos ellos parten de un tejido previamente deshilado trabajado en un bastidor, las rosetas se desarrollaron como una técnica diferente que prescinde de la tela base.
Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, tuvieron especial desarrollo en nuestro archipiélago llegando a constituirse en industria artesana, explotada casi siempre por casas comerciales extranjeras, que las difundieron principalmente por Europa y América, y donde se pusieron de moda como labor casera de las damas, propagándose la técnica por medio de numerosas publicaciones.
Profesor
Antonio Rodríguez Ruiz
Artesano de roseta y calado con número de carnet de artesano 1409/16.
Nacido en Los Realejos, artesano en roseta y calado, ha desarrollado una labor de recuperación de estos oficios en un municipio pionero en la elaboración y exportación de esos trabajos artesanales. Participa de forma permanente en las distintas ferias que celebra el Cabildo de Tenerife a lo largo del año, además de las organizadas por los ayuntamientos de las islas. Compagina su labor artesana con la formativa, impartiendo cursos y talleres a través de los ayuntamientos de Arona, Adeje, El Sauzal y Güímar, en la Escuela Superior de diseño Fernando Estévez, en el espacio La Ranilla (Feria de la lana, Puerto de la Cruz) y en ferias de ámbito nacional. Además ha impartido charlas en diferentes institutos y colegios de las islas sobre la aplicación de la roseta y el calado en las matemáticas y diseñado los escenarios de las Fiestas de mayo de Los Realejos, en las ediciones de 2017 y 2020, por el que le fue concedida la distinción de Realejero Destacado. También ha obtenido el Premio Gánigo, concedido por el Centro de Iniciativas Turísticas del Sur.